viernes, 13 de junio de 2008

The Guernica Reloaded


En su último libro, "Espejos. Una historia casi universal", Eduardo Galeano mastica una anécdota rabiosa, ilustrativa, ejemplar y relevante ocurrida el 5 de febrero de 2003:

Guernica

París, primavera de 1937: Pablo Picasso despierta y lee.
Lee el diario mientras desayuna, en su taller.
El café se le enfría en la taza.
La aviación alemana ha arrasado la ciudad de Guernica. Durante tres horas, los aviones nazis han perseguido y ametrallado al gentío que huía de la ciudad en llamas.
El general Franco asegura que Guernica ha sido incendiada por dinamiteros asturianos y pirómanos vascos enrolados en las filas comunistas.
Dos años después, en Madrid, Wolfram von Richthofen, comandante de las tropas alemanas en España, acompaña a Franco en el palco de la victoria: matando españoles, Hitler ha ensayado su próxima guerra mundial.

Muchos años después, en Nueva York, Colin Powell pronuncia un discurso, en las Naciones Unidas, anunciando la inminente aniquilación de Irak.
Mientras él habla, el fondo de la sala no se ve, Guernica no se ve. La reproducción del cuadro de Picasso, que decora la pared, ha sido completamente cubierta por un enorme paño azul.
Las autoridades de las Naciones Unidas han decidido que ése no es el acompañamiento más adecuado para la proclamación de una nueva carnicería.

Eduardo Galeano


miércoles, 11 de junio de 2008

Nixonicidio, fordicidio, cartericidio, reaganicidio, bushicidio, clintonicidio y otra vez bushicidio...


Pablo Neruda escribió con urgencia entre diciembre de 1972 y enero de 1973 su “Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena”. Lo hizo en defensa del gobierno de Salvador Allende contra la reacción imperialista y de los traidores locales. En su “Explicación perentoria” el poeta advertía: “No tengo remedio: contra los enemigos de mi pueblo mi canción es ofensiva y dura como la piedra araucana”. Y la poesía ayudó. En febrero del 73 salió una edición popular de 60.000 ejemplares en Santiago más una tirada especial de 1.000 ejemplares numerados. A la chilena se agregó otra edición de Lima en marzo, 10.000 ejemplares. Pero tanto aliento necesario no podía detener las descargas tácticas de los Hawker Hunter sobre el Palacio de la Moneda el 11 de setiembre de 1973. El 23 de setiembre murió Neruda. En noviembre, en México se editaron otros 10.000 ejemplares. Y desde entonces los extraordinarios panfletos poéticos, sediciosos y terroristas continúan distribuyéndose.


Un juego macabro actualiza ese libro saludable y explosivo. Por ejemplo, en el poema que sigue sustituyamos el nombre de Nixon por otros más cercanos, reubiquemos los territorios amenazados y establezcamos sus valores geopolíticos... El enemigo a destruir sólo cambia el personal de la junta que negocia y administra la reproducción de los asuntos comunes de la burguesía corporativa.


La canción del castigo

No hay que contar con su arrepentimiento,
ni hay que esperar del cielo este trabajo:

el que trajo a la tierra este tormento
debe encontrar sus jueces aquí abajo,
por la justicia y por el escarmiento.

No lo aniquilaremos por venganza
sino por lo que canto y lo que infundo:
mi razón es la paz y la esperanza.

Nuestros amores son de todo el mundo.

Y el insecto voraz no se suicida
sino que enrosca y clava su veneno

hasta que con canción insecticida,
levantando en el alba mi tintero,

llame a todos los hombres a borrar
al Jefe ensangrentado y embustero,
que mandó por el cielo y por el mar

que no vivieran más pueblos enteros,
pueblos de amor y de sabiduría
que en aquel otro extremo del planeta,

en Vietnam, en lejanas alquerías,
junto al arroz, en blancas bicicletas
fundaban el amor y la alegría:

pueblos que Níxon, el analfabeto,
ni siquiera de nombre conocía
y que mandó matar con un decreto

el lejano chacal indiferente.

Pablo Neruda

martes, 3 de junio de 2008

Hasta las manos

Vi veri veniversum vivus vici

Cuenta Eduardo Galeano:

El miércoles por la noche el Che Guevara se las arregló para responder a mil preguntas, un enjambre de periodistas lo acribilló sin piedad, y el Che tuvo ocasión de demostrar su habilidad política. (...) Les pedía que preguntaran, por favor, uno por uno.

–Para vestir mi artículo con una nota de color, quiero preguntarle: cómo trabaja usted, si toma, si fuma, si le gustan las mujeres.

–No tomo; fumo. Dejaría de ser hombre si no me gustaran las mujeres; dejaría de ser revolucionario si, por esa u otra razón, no cumpliera hasta el fin mis deberes revolucionarios. Trabajo de 16 a 18 horas por día; duermo seis horas diarias, cuando puedo, y de lo contrario, menos.

Considero que tengo una misión que cumplir en el mundo, en aras de la cual debo sacrificar todo, los placeres corrientes, el hogar, la seguridad personal y quizás la propia vida. Éste es mi compromiso, del cual no puedo desligarme hasta el fin de mi vida.

Yo nací en la Argentina. Pero permítanme que les diga que Martí y Fidel son americanos. Tengo un sustratum cultural argentino, y al mismo tiempo me siento tan cubano como el que más. Siento el sufrimiento de cualquier país de América y también del mundo.

(La Jornada)

Después de ejecutado, mutilaron las manos y entintaron sus dedos para las pericias dactiloscópicas. Un gesto definitivo que certificó la razón de sus dichos.

domingo, 1 de junio de 2008

Microfísica I. De la teoría del caos.


I
Un cuerpo entre otros cuerpos,
engranajes, pernos, levas o poleas,
diodos, transistores, bobinas o condensadores,
puede ser desperfecto, negación, chispa,
ruido, vector, sabotaje.
Do It Yourself.

II
Que la luna, el sol y las mareas,
los océanos, las corrientes y las olas,
y sin embargo, a la vuelta de la esquina
ínfimas gotas metálicas desafían las leyes de la microfísica capitalista.
La asociación convierte al francotirador en una amenaza real.
Just do it!

FULLTIME KILLER http://www.thatvideogamesite.com/antileech/f7e4fdfc12e78397c59de79cdfef944f.swf

domingo, 25 de mayo de 2008

De la Vida versus la Máquina.

De este grupo de personas, sólo una está y permanecerá viva.

Y siempre que haya quienes tengan la humanidad de calzar sus zapatos.