El Teatro El Galpón puso en escena a "Un hombre es... un hombre" de Bertolt Brecht, con la adaptación de María Azambuya, a partir de la segunda versión del texto de Bertolt Brecht "Un hombre es un hombre" que se representó en 1931 en el Staatstheater De Berlín y de "El Elefantito", Apéndice de "Un hombre es un hombre" escrito como Intermedio para el foyer. La obra se refiere a la transformación del personaje principal, Galy Gal, cuando entra en contacto con un grupo de militares ocupantes del puerto de Kibul. Galy Gal era un hombre simple que buscaba resolver sus necesidades inmediatas e intentaba aprovechar las oportunidades que se le ofrecían. La obra muestra su metamorfosis en cuerpo y alma. El ejército también produce soldados; la fábrica, obreros; el estado, políticos y funcionarios. El hombre ingenuo es el material. Las cosas expresan relaciones sociales. Las máquinas producen autómatas, hombres a su imagen y semejanza. Pero a cada paso, es el hombre quien responde afirmativa o negativamente a los condicionamientos. La serialización es un proceso de alienación; la resistencia, de liberación.
"Soy un autor teatral. Muestro lo que he visto. En los mercados de hombres he visto como se comercia con el hombre. Eso es lo que yo muestro, autor teatral."Quizás de la interiorización de la violencia exterior también devenga el descubrimiento de la libertad.
"Jamás fuimos tan libres como bajo la ocupación alemana... " decía Sartre en La República del Silencio (1944). Y agregaba:
"El secreto de un hombre no es su complejo de Edipo o de inferioridad sino el propio límite de su libertad, su poder de resistencia a los suplicios y a la muerte."En la soledad del hombre torturado por los nazis Sartre descubre la responsabilidad y la libertad.
"La Resistencia fue una democracia verdadera" dice y la llama "la más fuerte de las Repúblicas."
En esa matriz también se forma el grupo revolucionario o por lo menos resistente, la asociación subversora.
"La libertad se descubre como violencia ejercida entre los propios miembros del grupo para evitar la parálisis, la inercia. En la medida en que la amenaza de afuera permanece latente y presente, la violencia interior en el grupo se transforma en necesidad para la defensa común. No hay contradicción entre Esperanza y Terror, entre Libertad y Terror. Libertad y Terror, soberanía y violencia son dos dimensiones indisolubles del grupo revolucionario. Ellas están ligadas dialécticamente en la praxis común como afirmación de la libertad contra la violencia del enemigo y contra la violencia de las cosas." (Augusto Pérez Lindo, Acción e Inercia Social en el existencialismo dialéctio de J. P. Sartre, 2001)
En la película "El ejército de las sombras" (L'Armée des ombres), Jean-Pierre Melville explica elocuentemente el punto con un caso de delación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario